Comienza la crisis. Mariano Rajoy ha cedido ante las presiones del ala más radical del Partido Popular y ha demostrado que si no es un líder fuerte dentro de su partido, ¿cómo podrá ser un buen presidente del Gobierno? Deshacerse de Gallardón ha sido un grave error que le pasará factura en las elecciones. Señores, este es el retorno del núcleo duro.
El alcalde de Madrid, político capaz de arrastrar las mayores críticas, suscitar la animadversión y el recelo de sus propios compañeros, era un valor fuerte para que los electores vieran en él el espíritu reformista que necesita el PP. Pero ha sido «derrotado». Eso al menos dice porque sus delirios de grandeza han sido coartados de un plumazo. Y todo por el órdago lanzado por su ‘gran amiga’ Esperanza Aguirre. La presidenta de la Comunidad de Madrid ha doblegado a ambos a base de sonrisas. O tú o yo. Elige. Y Rajoy eligió.
Quienes piensen que cumplirá su amenaza de abandonar la política son ingenuos. Esta ha sido una más de sus ‘pataletas’. Políticos de la talla de Gallardón, con la mirada alta, siempre vuelven. Si no que se lo digan al ex ministro Bono, siempre al pie del cañón. Según publica El Mundo, Rajoy ha querido que la presidenta y el alcalde sean percibidos como lo que son: «dos personajes ambiciosos que le han tocado las narices hasta decir ‘basta'».
Para el diario El País, Rajoy se ha acobardado. Pero ahora saltan muchas dudas. Por una parte, será difícil convencer a los electores de que quien no ha podido «imponerse dentro de su partido tiene autoridad para hacerlo como presidente del Gobierno».
Y, por otra, ¿quién le sucederá en el cargo después del más que previsible ‘batacazo’ electoral? ¿Manuel Pizarro, flamente ‘número dos’? ¿Javier Arenas, el del ‘cambio tranquilo’? ¿Dará su brazo a torcer Rodrigo Rato y volverá a la política activa? ¿Es posible que Ángel Acebes, el insigne perseguidor de las causas perdidas? ¿Eduardo Zaplana? ¿Podríamos pensar incluso en Ignacio Astarloa? ¿O sacará a pasear su mochila Jorge Moragas para aportar su juventud? Quizá estemos ante el regreso de un viejo conocido… ¿Se imaginan?
El Caos 