Hay vida más allá de Internet Explorer. Microsoft ha dominado el mercado en los últimos años, comercializando sus productos desde un monopolio tecnológico como escudo protector. Pero hay una alternativa diferente a este navegador, que domina de forma apabullante el mercado.
Sin embargo, a pesar de ser el que disfruta de mayor índice de penetración, se trata de un sistema que bien podríamos calificar de “inseguro”, puesto que sufre graves ataques que generan severos problemas de usabilidad. De hecho, los expertos advierten de los peligros de programas malignos utilizando Internet Explorer.
Firefox, creado por la compañía Mozilla, se ha erigido como un sistema muy apropiado para los desarrolladores web, quienes pueden incorporar diferentes herramientas para uso profesional. Aunque la mayoría de navegadores comparten prestaciones similares, el del ‘zorrito simpático’ despierta el interés a los usuarios más activos, aquellos que su vida se cierne prácticamente sobre la web. Es el que más ha avanzado. Su filosofía de software libre permite la cercanía con el usuario, la actualización constante y la implementación de nuevas mejoras. Además, la navegación por pestañas fue un gran paso, que ha seguido implantando el explorador de Microsoft en su última versión.
Normalmente, los diferentes tipos de navegadores están adaptados a los estándares comunes, de manera que están preparados para cargar cualquier tipo de archivo web, aunque si bien es cierto que algunas páginas muestran problemas en cuanto a la presentación final. Por esta razón, muchas veces no visualizamos de la misma forma un espacio web, lo que obliga a los webmaster a realizar diversas pruebas para ajustar tamaños y elementos a los diferentes exploradores de Internet.
Otra multinacional que dispone del suyo propio es Apple. Gracias a Safari, que actualmente es utilizado por defecto en los ordenadores Mac, dispone de una interfaz con un manejo fácil y sencillo, aunque comete algunos errores en cuando a visualización, sobre todo, trabajando desde Windows.
Opera es otro navegador, pero con escaso margen de penetración. Al contrario que Firefox, no ha conseguido estimular a los usuarios. Por esta razón, han encontrado su lugar avanzado hacia otro camino: especializándose en telefonía móvil de última generación.
¿Recuerdan Nestcape? En poco tiempo se alzó con el primer puesto de los exploradores más utilizados en mitad de los años noventa. Los cambios experimentados por la web entorno a 1995 hicieron posible la introducción de Internet Explorer, que desbloqueó el mercado. Netscape introdujo colores de fondo y fuentes de tamaño limitado, entre otras muchas cosas, tales como la organización de los lugares visitados de interés o la creación de directorios telefónicos.
Esta guerra entre los navegadores tiene una consecuencia directa: la presentación de la información de las páginas web en diferentes formatos. En este sentido, desde el blog ‘El50’ se preguntan si «debería existir un solo navegador» en un imprescindible texto. Sin otras alternativas, los avances “llegarían mucho más lento”, comentan. Realmente, lo que se debería hacer es crear estándares para reducir “el tiempo de uso para programar”, así como usar “el mismo motor de presentación”. La situación actual -con varios tipos de exploradores- disminuye los riesgos de sufrir problemas de seguridad a pesar de surtir de problemas adicionales a los programadores y desarrolladores web.